alegria del buen vividor de su tiempo

alegria fotosintexto de las plantas en crecimiento

alegria de hoy

alegria no da alergia

alegria del mono armonico azul

alegria de ser

alegria del ser

alegria armonia

alegria no es hagria

alegria anda y gira

alegria vaya y ria

alegria no esta hebria

alegria son r ria

alegria ahi! mi vida

alegria jugando a la escondida

alegria todos los dias

alegria viva la vida


ECOLOGIA ACUSTICA

Cuando enfocamos nuestra atención sobre el sonido, vemos un Paisaje Sonoro (soundscape). Un cuadro que puede oírse. El ojo oye. El oído ve.
Hay Paisajes Sonoros puros que son el medio ambiente mismo, y hay Paisajes Sonoros como expresión artística.

El concepto de "Paisajes Sonoros" fue definido por Raymond Murray Schafer a finales de los 60s, como composición "Universal" de la que todos somos compositores. Fue él quien propuso Ecología Acústica"empecemos a escuchar el ruido", y motivó a escuchar el mundo como si fuera una composición.
El Paisaje Sonoro quedó así definido como el entorno sonoro concreto de un lugar real determinado, y es intrínsecamente local y específico a cada lugar.

Raymond es un connotado especialista en la problemática de la pululación acústica y fue pionero en impartir cursos y hacer investigaciones sobre el deterioro del medio ambiente sonoro en la sociedad moderna, y este audaz concepto, planteado como alternativa no tanto a la música como a los problemas del ruido, llevó a la formación del World Soundscape Project (WSP) en la Universidad Simon Fraser, a comienzos de la década de 1970.
A pesar de lo que se cree habitualmente -que el WSP se reduce al "Proyecto de Paisajes Sonoros"- Schafer se aferró a la idea de su expansión mundial, y en 1975 dirigió una expedición por Europa con el fin de realizar grabaciones y estudiar cinco pueblos en cinco países diferentes.

El propósito principal del trabajo del WSP fue documentar ambientes acústicos, tanto funcionales como disfuncionales, y generar una conciencia pública sobre la importancia del paisaje sonoro, apelando directamente a la sensibilidad auditiva del individuo.
En una terminología actual, el objetivo era situar la "Ecología Acústica" en el programa ambiental.
Sin embargo, a causa de la importancia de la actividad local, una de las primeras publicaciones más importantes del WSP fue The Vancouver Soundscape, un libro y dos grabaciones que aparecieron en 1973.
El proyecto de Vancouver no sólo fue, probablemente, el primer estudio sistemático sobre el paisaje sonoro de una ciudad, sino que su continuidad a lo largo de 20 años ha dado como resultado un retrato auditivo único de la rápida evolución de la ciudad y de su paisaje sonoro

Desde un punto de vista ecológico, en el paisaje sonoro "hi-fi" (alta fidelidad) habitan muchas "Especies" individuales que son el resultado de las condiciones locales. Son ricos en información, y lo que es más importante, son interpretados con claridad por los vecinos que comprenden sus significados contextuales.
El paisaje sonoro "lo-fi" (baja fidelidad) es sólo el resultado de la hegemonía de los sonidos más fuertes que aniquilan, o como mínimo enmascaran, toda la variedad local. Es más, el paisaje "lo-fi" parece crear un hábito común de no-escucha, algo que según la teoría del paisaje sonoro es perjudicial tanto para el individuo como para el paisaje sonoro entendido como un todo ya que puede deteriorarse hasta desaparecer (Truax, 1984).

Los principios de la composión de paisajes sonoros tal y como se derivan de su práctica son:

  • mantener la posibilidad de que el oyente reconozca la fuente sonora a pesar de estar transformada
  • el conocimiento del oyente del contexto ambiental y psicológico del paisaje sonoro es invocado y potenciado para completar la red de significados del mismo modo que lo hace la música
  • el conocimiento por parte del compositor del contexto ambiental y psicológico del material del paisaje sonoro le permite manipular la estructura de la composición a todos los niveles, y en última instancia la composición es inseparable de todos y cada uno de estos aspectos de la realidad
  • la obra acentúa nuestra comprensión del mundo, y su influencia repercute en los hábitos de nuestra percepción cotidiana.

La intensa preocupación con los efectos del sonido en el hombre ha llevado a Raymond a ocuparse por el ambiente acústico total.
Su inventario de paisajes sonoros del mundo, un proyecto apoyado por la UNESCO, ha sido realizado bajo la perspectiva de mostrar una nueva relación entre el hombre y los sonidos que le rodean.

Terminología del Paisaje Sonoro

En el libro "La Sintonía del Mundo" Raymund Schafer formaliza la terminología de los paisajes sonoros que concibió durante sus estudios de campo con el World Soundscape Project (WSP). Así, a los sonidos de fondo los definió como "keynotes" (tónica, en música), en analogía con la música, donde la tónica identifica la tonalidad fundamental de una composición alrededor de la cual se modula la música.
A los sonidos en primer plano (hechos para llamar la atención) los llamó "señales de sonido".
Los sonidos que son particularmente queridos por una comunidad y sus visitantes son llamados "soundmarks" (marcas de sonido). Los ejemplos naturales de este último caso son los géiseres, cataratas y trampas de viento, mientras que los ejemplos culturales incluyen campanas distintivas y el sonido de las actividades tradicionales (Schafer 1977a: 9, 55-56, 173-175, 272-275; Truax 1978: 68, 119, 127; 1984: 22, 58-60).

La terminología de Schafer ayuda a expresar la idea de que el sonido de una localidad particular (sus keynotes, señales y marcas de sonido) pueden (como la arquitectura local, derechos y vestidos) expresar la identidad de una comunidad de tal manera que los asentamientos pueden ser reconocidos y caracterizados por su paisaje sonoro.
Desafortunadamente, desde la revolución industrial, han desaparecido completamente un creciente número de paisajes sonoros, o están inmersos en una nube de homogenización; anónimo ruido que es el paisaje sonoro de las ciudades contemporáneas.

El contraste entre los medioambientes acústicos pre y post industriales están bien expresados en los términos que usa Schafer "hi-fi" (alta fidelidad) para caracterizar a los primeros, y "low-fi" (baja fidelidad) para describir a los últimos (1977a, 272).
Él define un paisaje sonoro hi-fi como un medioambiente en donde el

sonido se sobrepone menos frecuentemente; hay mas perspectiva (segundo plano y primer plano) (1977a, 43).

Cuando transcriben grabaciones de medioambientes hi-fi, el equipo de Schafer notó que el nivel de sonidos del medioambiente natural (como el agua y los animales) varía en ciclos repetitivos.
Schafer concluye así que el vocal "toma y ten" entre especies es probablemente un rasgo característico de los paisajes sonoros naturales.

Mapas acústicos espectográficos surgidos de 2500 horas de grabaciones confirman su sospecha: las vocalizaciones de animales e insectos tienden a ocupar pequeñas bandas de frecuencia dejando "nichos de espectro" (bandas con pequeña o nula energía) para que otros animales, pájaros o insectos puedan llenarlas.
Como ha sugerido Krause, con la proliferación de áreas urbanas, el ruido acompañante podría "bloquear" o "enmascarar" los nichos espectrales y, si las llamadas de apareamiento no se escuchan, las especies podrían morir (1993, 158).

Características del Paisaje Sonoro

En acústica, la palabra "máscara" tiene un significado muy específico. La relevancia de este efecto para el paisaje acústico es que, como las sonidos mas débiles generalmente no se enmascaran entre ellos (a menos que sus frecuencias estén muy juntas), un paisaje sonoro hi-fi podría ser caracterizado por su carencia de enmascaramiento del ruido y de otros sonidos, con el resultado de que todos los sonidos (o todas las frecuencias) "pueden ser escuchadas distintivamente" (Schafer, 43).

La carencia de enmascaramiento facilita la propagación de la "coloración acústica" causada por los ecos y reverberaciones que ocurren cuando el sonido es absorbido y reflejado por las superficies dentro del entorno y, dados los efectos del clima, por factores relacionados tales como la temperatura, el viento, y la humedad.
Otra característica de la revolución pre-indutrial, sonido hi-fi, es que el "horizonte acústico" podía extenderse por kilómetros.

En el espacio sonoro lo-fi, los sonidos significantes (y cualquier coloración acústica asociada), pueden ser enmascarados en una medida tal que el "espacio aural" de un individuo se ve reducido.
Donde el efecto es tan pronunciado que el individuo no puede oir mas el sonido reflejado de su propio movimiento o diálogo; el espacio aural se ha contraído para encerrar al individuo, aislando a la persona de su entorno.

Así, mientras que el paisaje sonoro hi-fi es (sugerido por los Ecologistas Acústicos) balanceado en términos de nivel, espectro y ritmo, el paisaje sonoro lo-fi contiene un nivel casi constante. Esto crea una "pared de sonido" (Schafer 1977a, 93), aislando al individuo de su entorno.

En el mundo desarrollado, el sonido tiene menos significancia, y la oportunidad para experimentar sonidos "naturales" decrese cada generación dada la destrucción de los habitats naturales.
El sonido se convierte en algo que el individuo trata de bloquear, en vez de escuchar; el lo-fi, paisaje sonoro de baja información, no tiene nada que ofrecer.
Como resultado, muchos individuos tratan de evitar esto mediante el uso de doble vidrio o con música acústica. La música es (el paisaje sonoro virtual), en este contexto, usada como un medio para controlar el sonido del entorno en vez de como una expresión natural de este.
El hablar y la música proveen la misma oportunidad de control, cambiando el entorno sónico en una comodidad.

Ruido interior

Si la comunidad y el ruido del entorno es el enemigo exterior, el ruido de los pensamientos y sentimientos representan el enemigo interno. El uso del sonido como un "audioanalgésico" (Schafer 1977a, 96) -una pared de sonido para bloquear el incesante (y a menudo crítico) diálogo interior y las emociones no confortantes que el diálogo manifiesta- crea la ilusión de tener un control emocional.

El costo sicológico y físico de las emociones inexpresadas en una epidemia de enfermedades relacionadas con el estrés que refleja la lucha para adaptarse a una nueva manera de vivir (la velocidad, los negocios) y la exitación sostenida de la vida de ciudad.
Tal es el contraste entre el caracter de la vida en las ciudades comparado con las áreas rurales y/o tranquilas, que Newman & Lonsdale (1995) se refieren al morador de la ciudad como el "homo urbanus".

La Ecología Acústica hoy

Schafer sugiere que hay 2 vías para mejorar el paisaje sonoro.
La primera es incrementar la competencia sonológica a través de un programa de educación que trate de imbuir a las nuevas generaciones con la apreciación del sonido del entorno. Él cree que esto fomentará una nueva aproximación al diseño -segunda vía- que incorporará una apreciación del sonido y entonces reducirá la energía gastada que representa el ruido.

Es vital que los Ecologistas Acústicos no subestimen lo que Schafer está pidiendo: para escuchar necesitamos detenernos, o al menos ir mas lento, física y sicológicamente, para llegar a ser seres humanos en vez de "humanos haciendo".